Dejemos por un momento Montmartre para ir al otro lado del bulevar Rochechouard, donde, a dos pasos de la iglesia de la Trinidad, vivió desde la década de 1850 el pintor Gustave Moreau, cuya casa alberga hoy un museo dedicado a su obra.
Bienvenido a la artista
Siempre es conmovedor entrar directamente en la intimidad del artista que vas a descubrir y casi conocer. Fue entre estos muros donde el pintor vivió, donde también vivieron sus padres, donde instaló su estudio y luego decidió, en 1895, habilitar verdaderos espacios para la creación de un museo que legó al Estado a su muerte. Una colección de casi 25.000 obras, entre ellas 15.000 de Gustave Moreau...
Un espléndido museo
Diseñada por el propio artista, es especialmente cálida y animada: las paredes están llenas de cuadros, un armario giratorio alberga las acuarelas y los dibujos se exponen en paneles giratorios. Aquí y allá hay caballetes bien surtidos, un guiño a la función original del local. Los antiguos pisos de la familia están llenos de recuerdos: en la habitación de Pauline Moreau se encuentran los escritorios de la madre y del hijo, así como retratos (¡incluido uno firmado por Degas!), fotos y obras de su juventud. El tocador, por su parte, conserva el mobiliario de Alexandrine Dureux, el único amor del artista.
¿Pero quién era exactamente Gustave?
Recordemos que Gustave Moreau nació en 1826, murió en 1898, y que su pintura le sitúa de lleno en el movimiento simbolista -con tendencias (muy) místicas-, del que incluso se le considera uno de los principales representantes. Dejemos la última palabra a André Breton, quien confió: "el descubrimiento del museo Gustave Moreau, cuando tenía dieciséis años, ha condicionado para siempre mi forma de amar".
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